Estrena Recordando con ira en el San Martín, niega romance con Iván Noble y manifiesta los deseos de formar una familia, aunque asegura estar “re sola”.
Todavía sin terminar de acostumbrarse a su rubio platinado, Romina Gaetani está en la última semana de ensayos antes del estreno de Recordando con ira, la obra de John Osborne versionada por Mauricio Kartún que estará en el San Martín dirigida por Mónica Viñao. Allí interpreta a Alison, una mujer sumisa en pareja con un gran manipulador. Después del éxito de Herederos de una venganza, que protagonizó el año pasado, Gaetani se fue de viaje y volvió para cambiar de aire: filmó El triunfo de la oblicua, película con dirección de Lucía Puenzo, y ahora vuelve al teatro.
—¿Qué tenés de Alison?
—Varias cosas. Alison es una mujer que le cedió mucho poder a su pareja. Aparte de eso, ella es todo eso que no soy: muy sumisa, agacha la cabeza y contesta poco. Yo tengo movimientos más bruscos, soy muy tana, gritona.
—¿Te cansó la televisión?
—Había algo en mí que me decía “pará un poco”. Desde hace 15 años vengo haciendo televisión, todos los días, 11 horas metida en una caja. Este año, por primera vez, no me importó qué iba a ser de mi vida.
—¿Y qué hiciste?
—Terminé Herederos el año pasado, hice una participación en El hombre de tu vida y en enero y febrero me fui de viaje sola por Centroamérica y México.
—¿Qué pasó cuando volviste?
—Apenas llegué filmé El triunfo de la oblicua. Ahí me di cuenta de que cuando uno hace el “parate” empiezan a aparecer cosas interesantes. Surgió un videoclip para La Bersuit y una participación en Lobo. Y me llegó Recordando con ira, que lo terminé de leer a las 4 de la mañana llorando.
—¿Es un cambio en el rumbo de tu carrera o la TV sigue siendo tu plan?
—La tele nunca va a dejar de ser un plan, pero quiero darme la oportunidad de crecer. Ahora estoy produciendo un documental sobre metafísica, algo que estudio desde hace nueve años. Son 13 capítulos que empezamos a producir en diciembre del año pasado. El documental habla de la espiritualidad, más allá de Dios y la religión.
—Tu personaje en “Tiempos compulsivos” es una mística.
—Sí, me morí de risa: si querés hablar de mística te cae por todos lados. Es un personaje muy raro y muy culposo, como muchos católicos.
Mientras Gaetani explica que no podía dejar pasar la propuesta de Pol-ka y que los cuatro capítulos en los que aparece se verán en unos dos meses, la moza del bar le avisa que hay un grupo de fotógrafos esperándola afuera. Gaetani suspira y suelta con una carcajada: “No estoy con Iván Noble”.
—¿Te molesta la exposición?
—A veces, cuando se hablan cosas que no son, me lastima. Pero cuando no quiero que nadie me vea, me quedo en mi casa. Me tengo que hacer cargo de la popularidad si elegí este trabajo.
—¿Estás sola?
—Re sola. Iván me llamó para cantar un tema con él, nos reunimos y la gente armó una historia apasionada.
—¿Cómo te ves en el futuro?
—Espero que en familia. Tengo muchas ganas de estar en familia.
—¿Te imaginás madre?
—Me imagino como madraza.
—Varias cosas. Alison es una mujer que le cedió mucho poder a su pareja. Aparte de eso, ella es todo eso que no soy: muy sumisa, agacha la cabeza y contesta poco. Yo tengo movimientos más bruscos, soy muy tana, gritona.
—¿Te cansó la televisión?
—Había algo en mí que me decía “pará un poco”. Desde hace 15 años vengo haciendo televisión, todos los días, 11 horas metida en una caja. Este año, por primera vez, no me importó qué iba a ser de mi vida.
—¿Y qué hiciste?
—Terminé Herederos el año pasado, hice una participación en El hombre de tu vida y en enero y febrero me fui de viaje sola por Centroamérica y México.
—¿Qué pasó cuando volviste?
—Apenas llegué filmé El triunfo de la oblicua. Ahí me di cuenta de que cuando uno hace el “parate” empiezan a aparecer cosas interesantes. Surgió un videoclip para La Bersuit y una participación en Lobo. Y me llegó Recordando con ira, que lo terminé de leer a las 4 de la mañana llorando.
—¿Es un cambio en el rumbo de tu carrera o la TV sigue siendo tu plan?
—La tele nunca va a dejar de ser un plan, pero quiero darme la oportunidad de crecer. Ahora estoy produciendo un documental sobre metafísica, algo que estudio desde hace nueve años. Son 13 capítulos que empezamos a producir en diciembre del año pasado. El documental habla de la espiritualidad, más allá de Dios y la religión.
—Tu personaje en “Tiempos compulsivos” es una mística.
—Sí, me morí de risa: si querés hablar de mística te cae por todos lados. Es un personaje muy raro y muy culposo, como muchos católicos.
Mientras Gaetani explica que no podía dejar pasar la propuesta de Pol-ka y que los cuatro capítulos en los que aparece se verán en unos dos meses, la moza del bar le avisa que hay un grupo de fotógrafos esperándola afuera. Gaetani suspira y suelta con una carcajada: “No estoy con Iván Noble”.
—¿Te molesta la exposición?
—A veces, cuando se hablan cosas que no son, me lastima. Pero cuando no quiero que nadie me vea, me quedo en mi casa. Me tengo que hacer cargo de la popularidad si elegí este trabajo.
—¿Estás sola?
—Re sola. Iván me llamó para cantar un tema con él, nos reunimos y la gente armó una historia apasionada.
—¿Cómo te ves en el futuro?
—Espero que en familia. Tengo muchas ganas de estar en familia.
—¿Te imaginás madre?
—Me imagino como madraza.
Duda sobre el polo
—¿Qué cambió en tu manera de ver la carrera desde que estabas en “Chiquititas” hasta ahora?
—Cada vez me considero más profesional, más consciente de dónde estoy, qué quiero y qué no. Cada vez me importa menos aparecer.
—¿Qué pensás de los mediáticos?
—Admiro que se banquen tanta agresión. Que hoy dé rating gritarle “sidoso” a una persona me parece muy patético. Creo que estamos en una gran crisis social.
—¿Te interesa la política?
—La vivo a través de sus consecuencias, como todo el mundo. Veo que los hospitales no están, tengo miedo, me secuestraron a mí una vez y dos a mi papá. Soy consciente de que soy una privilegiada del trabajo, pero sé que faltan muchas cosas.
—¿Qué pensás del nuevo polo audiovisual en Puerto Madero?
—Me pregunto de dónde viene la plata, con todas las cosas que hay para hacer en la Argentina...
—Cada vez me considero más profesional, más consciente de dónde estoy, qué quiero y qué no. Cada vez me importa menos aparecer.
—¿Qué pensás de los mediáticos?
—Admiro que se banquen tanta agresión. Que hoy dé rating gritarle “sidoso” a una persona me parece muy patético. Creo que estamos en una gran crisis social.
—¿Te interesa la política?
—La vivo a través de sus consecuencias, como todo el mundo. Veo que los hospitales no están, tengo miedo, me secuestraron a mí una vez y dos a mi papá. Soy consciente de que soy una privilegiada del trabajo, pero sé que faltan muchas cosas.
—¿Qué pensás del nuevo polo audiovisual en Puerto Madero?
—Me pregunto de dónde viene la plata, con todas las cosas que hay para hacer en la Argentina...
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