Vuelve al teatro con un clásico de la escena mundial
Después de trabajar muchos años en televisión y de haberse convertido en una de las heroínas más destacadas en varias tiras (las últimas, Herederos de una venganza y Lobo, en el 13), Romina Gaetani sintió este año que estaba "muy quemada" por la TV y entonces decidió parar y volver a un antiguo amor: el teatro.
Un texto emblemático de la literatura dramática de mediados del siglo XX, Recordando con ira, del inglés John Orsborne, le da ahora la posibilidad de escapar a un estilo de actuación al que venía muy acostumbrada. "Soy una actriz de estereotipar mucho las emociones y aquí la directora me ha guiado hacia un trabajo más minimalista, dejando que el texto vaya mucho más adelante que el actor ", confiesa. Mónica Viñao es quien conduce el espectáculo que, interpretado además por Esteban Meloni, Andrea Bonelli y Guillermo Arengo, se estrenará el próximo viernes en el teatro San Martín. La traducción y versión es responsabilidad de Mauricio Kartun.
Recordando con ira abre el camino de toda una generación de autores, a partir de su estreno en Londres, en 1956. El texto se apoya en Jimmy Porter, un joven que se rebela contra los cánones sociales establecidos. Un gran insatisfecho que busca modificar a cualquier precio el orden de su vida y de su sociedad, sin importarle que los golpes que lanza en su derrotero puedan perjudicar a su propia pareja, Alison, rol que interpreta Gaetani. "Alison es una mujer tranquila que se rebeló antes contra su padre coronel, su familia católica y elige lo opuesto a los que ellos ansiaban para ella -explica-. Jimmy es un hombre de clase obrera, un sicópata intelectual, muy inteligente, con quien se casa. Alison termina siendo muy sumisa ante la violencia con la que se maneja su marido. El autor busca, precisamente, marcar estas diferencias de clases. Jimmy intenta lograr que ella se convierta en una mujer combativa, pero es muy difícil. Y entonces el matrimonio entra en una crisis muy profunda."
Romina Gaetani está convencida de que los personajes, a veces, les llegan a los actores en los momentos más indicados de su vida. Y esto sucede con esta Alison. "Me terminé convenciendo de eso y no sólo por el personaje, sino además por el tipo de elenco con el que te relacionás. Ese personaje siempre tiene un para qué más que un por qué. Y yo estoy pasando en mi vida, por primera vez, por un momento rotundo de cambio muy profundo. Lo vengo transitando desde hace un par de años, pero recién lo llevo a la acción ahora. Estoy dejando ciertos miedos de lado y de hacer lo que conozco o es costumbre y estoy permitiendo que el viento me lleve."
Se autodefine como una persona muy curiosa que en muchas oportunidades toma trabajos que la divierten, pero, en Herederos de una venganza, se relacionó con ciertas personas que le posibilitaron ver "una parte de Romina" de la que se había olvidado. Aquella que hizo su formación teatral junto a Alejandra Boero y que además estudió canto y baile. La que venía desde San Martín a trabajar al centro como promotora y estudiaba en Andamio 90 y participaba de cuanto casting apareciera. Hasta que Pepe Cibrián la eligió para participar del musical David, el rey, en dupla con Patricio Kutuné. Después la televisión se convirtió en un campo muy fértil de trabajo. Diversas tiras (Soy gitano, Don Juan y su bella dama, Botineras) y unitarios (Mujeres asesinas, El hombre de mi vida, Tiempos compulsivos) la tuvieron como protagonista o como parte de su elenco. Y no es que en estos años no recibió ninguna oferta teatral, sino que no era lo que buscaba para volver a un escenario. "No reniego de nada - aclara-. Estuvo muy bien hacer todo lo que hice, evidentemente tenía que aprender eso, pero ahora me doy cuenta de que necesito otras cosas. Como, por ejemplo, armar una producción periodística con Rodrigo Vila o empezar a preparar un documental, sueños que no podía llevar a cabo por estar en la tele." Estudiosa de la metafísica desde hace ocho años, busca trasladar su experiencia al arte a través de ese documental.
Refiriéndose concretamente a Recordando con ira, asegura que se trata de un material para el cual uno tiene que estar muy preparado. "Es una obra que te pasa por encima -aclara-. Es un texto de una gran violencia, donde además asoman temas como el maltrato de género, el aborto, hay cuestionamientos a la Iglesia, a la monarquía. En TV uno tiene que poner muy en práctica la improvisación. La comida rápida. Uno tiene que estar colocado en lo que realmente quiere transitar en ese personaje y con esa historia, tener un par de puntos de apoyo y divertirse. Acá es todo lo contrario. Sobre Alison se ejerce mucho maltrato y ella se somete a eso con una autoestima bajísima, es un ser muy sensible, muy callado, muy frágil. No podés desarrollar esas cuestiones si no es con mucha intensidad."
Convencida de que esta pieza la ayudará a "desexorcizar" muchos temas relacionados con su vida personal y artística, parece abrirse a un nuevo tiempo en su carrera y lo hace con una profunda felicidad. Eso transmite.
A la hora de buscar las resonancias que Recordando con ira puede tener en este presente en la Argentina, Romina Gaetani marca que se trata de un clásico y, como tal, resulta difícil no encontrarlas. "Es una pieza de la posguerra, por lo cual busca romper con ciertas ideas muy establecidas."
-¿La permanente insatisfacción de Jimmy Porter encaja en nuestra realidad?
-Sí, porque habla de lo que no se dice, de la hipocresía. Ya no importa quién diga qué, hay que llevar las cosas a la acción. Considero que el gobierno actual hizo muchas cosas buenas, pero creo que, hablando de política, es necesario que se innove. Hay cosas básicas que aquí están mal y nadie lo merece. Yo he crecido en una familia que me enseñó la cultura del trabajo, el esfuerzo, tener una profesión y defenderla. Pero a veces veo situaciones muy límite. Conozco gente que aun trabajando de sol a sol no puede acceder a cuestiones básicas. Yo vivo en esta sociedad con mucho miedo. Me secuestraron hace cinco años y también a mi padre, en dos oportunidades. Y somos gente que vive de su trabajo. Entonces hay cosas contra las que hay que rebelarse, hay que plantearlas, discutirlas, para estar mejor, simplemente.
-¿La permanente insatisfacción de Jimmy Porter encaja en nuestra realidad?
-Sí, porque habla de lo que no se dice, de la hipocresía. Ya no importa quién diga qué, hay que llevar las cosas a la acción. Considero que el gobierno actual hizo muchas cosas buenas, pero creo que, hablando de política, es necesario que se innove. Hay cosas básicas que aquí están mal y nadie lo merece. Yo he crecido en una familia que me enseñó la cultura del trabajo, el esfuerzo, tener una profesión y defenderla. Pero a veces veo situaciones muy límite. Conozco gente que aun trabajando de sol a sol no puede acceder a cuestiones básicas. Yo vivo en esta sociedad con mucho miedo. Me secuestraron hace cinco años y también a mi padre, en dos oportunidades. Y somos gente que vive de su trabajo. Entonces hay cosas contra las que hay que rebelarse, hay que plantearlas, discutirlas, para estar mejor, simplemente.
La Nacion
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